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sábado, 5 de abril de 2014

Capitulo 14: ''Invitación de Indagación'' II

Me apresuré a subir al coche. L a gente que estaba observando la escena se apartaba de mi camino conforme iba avanzando hacia el coche. Una vez en la puerta Nathaniel me agarró de la mano y tiró de mi hacia el interior para cerrar la puerta cuanto antes y evitar las curiosas y molestas miradas del público totalmente atento a nuestros movimientos. El coche arrancó y yo, gracias al tirón que el chico dio de mi, caí sobre su regazo, y allí seguía. Rápidamente me incorporé y me aparté de él. El taciturno chico me miraba sonriente. Quizá fuesen imaginaciones mías, pero se le veía algo ilusionado. Me quedé mirándolo fijamente durante unos largos segundos hasta que el chico me hizo reaccionar.
-          ¿Ocurre algo?  - su voz me sacó de mi trance.

Nathaniel era un chico muy pálido, sin embargo, no parecía estar enfermo. Mechones de su cabello negro le caían sobre los ojos, los cuales seguían siendo una incógnita para mi. Nunca lograba acordarme de su color pero, más allá de eso, por alguna razón siempre tenía unos ojos tristes y vidriosos. Ansiosos de contar una historia jamás contada….Era difícil no perderse en ellos…
-          No..no pasa nada…- el chico permanecía sentado en la otra punta del vehículo, mirando por la ventanilla. Tenía un aire nostálgico-.
Estaba nerviosa. El corazón me latía rápido y no sabía por qué. Quería saber más acerca del chico con un aire misterioso y triste a la vez. No podía esperar a llegar a la mansión. El trayecto restante ninguno dijo nada. No podía dejar de mirarlo. ¿ Qué me pasaba?. De repente el chico se dio la vuelta. Me sorprendió y giré mi cabeza hacia la ventanilla. El día fuera ya no era tan brillante como antes. Percibí un par de nubes que flotaban en el cielo ‘’¿Lloverá?’’ me pregunté a mi misma.
Finalmente el coche se detuvo. El hombre que iba al volante se bajó para abrirle la puerta a Nathaniel. El chico se bajó y fue al otro lado apara ayudarme a bajar. Puse un pie en el suelo y seguidamente fui a poner el otro. Apoyé mal el otro pie y tropecé. Choqué contra el pecho de Nathaniel que me atrapó cogiéndome suavemente por los hombros. Olía bien… Nuevamente me aparté de él con rapidez.
-          ¿Estas bien?
-          Sí, sí.. estoy bien.. disculpa.. Hoy no debe ser mi día.. También me caí por las escaleras de mi casa…incluso me corté en el brazo….jajajaja…- solté una risilla nerviosa que enseguida se desvaneció cuando percibí que el choco me tomaba de la muñeca suavemente para examinármela-.
-          Deberías tener más cuidado Raven…Podrías haberte hecho bastante daño al caer por las escaleras.
-          No te preocupas. No me hice daño. Solo tuve un pequeño corte y apenas salió sangre –le sonreí-.
-          … - el chico me soltó el brazo y se dio la vuelta. Me hizo un gesto para que le siguiera y así lo hice-.
Entramos en la casa. Era una casa enorme de madera oscura muy detallada. Era preciosa. El salón no se parecía en absoluto al mío. Una chimenea presidía la sala, mientras dos sillones enormes de terciopelo rojo lo presidían. Las ventanas, también adornadas con cortinas de terciopelo rojo, eran altas y tenían un pequeño poyete interno en el que te podías sentar.  El resto de la casa era igual. Enfrente de la entrada había una larga escalera que giraba hacia un pasillo superior. Era exactamente como la imaginaba…No. Era mejor.
-Wuoohh…..- no puede evitar soltar un una admiración mientras me quitaba la chaqueta al ver el interior de la casa-.
- Dámela, La colgaré aquí –cogió mi chaqueta y la colgó en la entrada. Su actitud parecía diferente a la de un chico de nuestra edad-.
Me acompañó hasta el salón y nos sentamos en uno de los poyetes que había en una de las ventanas. Se podía ver la calle  y a la gente que caminaba fuera. El clima había cambiado totalmente. Parecía un día diferente al de esta mañana pues el cielo estaba de nubes y se tornaba amenazador.
-          Parece que va a llover..-esbocé una mueca de preocupación. Detalle que no se le escapó al chico que me miraba desde el otro extremo de la ventana-.
-          ¿No te gusta la lluvia?- me miró fijamente-.
-          No..es decir Sí, pero no es eso…
En ese instante apareció un hombre trajeado que dio unos golpecitos en la puerta de madera.
-          Nathaniel, voy a salir para atender unos negocios. Supongo que llegaré algo tarde, asi que os he dejado la comida en la encimera de la cocina. Si ocurre algo llamadme – en ese momento miró fijamente a Nathaniel, y ambos se mantuvieron la mirada durante unos segundos- Un placer conocerla Sr.Raven.
-          Lo mismo digo…-antes de que tan siquiera pudiera terminar la frase, el hombre ya había desaparecido-.
Sonó la puerta de la entrada, y tras un breve portazo, la casa se quedó en silencio. Estábamos él y yo solos en una casa antigua…¿ Podría mejorar la situación? Ambos nos quedamos en silencio unos minutos… Ahora Nathaniel parecía más serio que antes. Permanecía mirando al exterior con un semblante de seriedad y preocupación a la vez.
-          Oye… Ese hombre..que acaba de irse ¿Quién era?
-          Es mi tío Thomas – me miró unos segundos- Bueno, ¿tienes hambre? Vayamos a comer antes de que se enfrié lo que preparó mi tío.
-          Genial, tengo bastante hambre.
Seguí al chico a través del largo vestíbulo hasta una cocina muy ornamentada que se unía a una pequeña sala de estar que tenía una gran televisión incrustada en un mueble que ocupaba toda la pared.  También había una mesa y dos sofás. En la parte de la cocina, dividida de la otra estancia por una encimera de madera, había una puerta  que daba a un patio trasero.
-          Siéntate aquí. Iré a por nuestra comida. ¿Qué quieres de beber?
-          No no, tranquilo, te ayudaré
-          Enserio quédate aquí. Yo traeré los platos.
-          Esta bien..solo agua …
-          Enseguida traeré las cosas – me sonrió y fue hacia la cocina-.
 Las paredes estaban pintadas de un verde oscuro. En esa habitación también había ventanas, pero mucho más pequeñas que las del salón de antes. La mesa, los sofás y el resto de la habitación se reflejaban en la enorme tele que estaba hundida en el mueble, también de madera. Podía verme a mí misma  reflejada en la negra superficie de la televisión, y también la cocina en la que Nathaniel se encontraba. Algo extraño pasaba. Podía ver mi silueta pero… no la de Nathaniel. Miré de un lado a otro, intercalando la visión del chico preparando los platos con el reflejo del televisor. Por mas que me fijaba no podía verle. Por fín el cargado chico llegó a la mesa con los dos platos y un vaso de agua. Yo seguía mirando la televisión, y seguidamente lo miraba a él.
-          ¿Te pasa algo Raven?
-          Yo..em…-  el desconcertado chico me miró y después fijó su mirada mientras yo seguía intentando distinguir la silueta del chico que ahora, estaba de pie a mi lado. Él me miró-.
-          Quizá deberíamos encender la tele…- cogió el mando y puso un canal al azar, después se sentó a mi lado-.
Me quedé mirándole embobada un momento. ‘’Debió ser mi imaginación’’. En la televisión salían las noticias. A ninguno nos interesaban pero por alguna razón, ninguno cambió de canal. La comida era bastante apetitosa. Un filete de carne con patatas y n huevo frito. Me hizo algo de gracia, pues el tío de Nathaniel fue a lo seguro, ya que a todo el mundo, o a casi todos al menos, le gustan ese tipo de cosas.
-          Espero que te guste. Mi tío es un buen cocinero, pero esta vez no se rebanó mucho los seso para hacer la comida. Solo espero que no seas vegetariana. – El chico me sonrió y esperó a que cortara un trozo-.
-          Em yo…
-          ¿Qué pasa.? ¿Es que no te gusta? Puedo hacerte ota cosa si quieres
-          Soy vegetariana…….
La cara del chico se tornó en una expresión de tristeza y asombro. Su rostro lo expresaba todo
-          JAJAJAJAJAJAJAJA – reía al ver la cara de Nathaniel- Te estaba tomando el pelo. Me gusta tanto la carne como a un tigre, puedes estar tranquilo – el chico hizo una mueca de alivio y siguió mirándome sonriente-.

Corté un trozo del filete. Estaba jugoso y un poco crudo. Podía verse algo de sangre saliendo de él a la vez que iba avanzando con el cuchillo. Lo pinché y me lo acerqué a la boca. No tenía mal aspecto, pero la sangre me echaba un poco para atrás. Finalmente me lo metí en la boca. El chico seguía mirándome, esperando alguna expresión en mi cara. Me sorprendió mucho el sabor. Estaba delicioso, y mi cara no tardó en  delatarme. Nathaniel me sonrió.
-          Me alegro mucho de que te guste –tras esto siguió con su comida-.
Me sonrojé durante unos segundos. La sonrisa del chico era realmente embaucadora… Me dí cuenta de que él no tenía vaso.
-          ¿Tú no vas a beber nada? – el chico me miró seriamente-.
-          No yo…No tengo sed – cambió el gesto de su cara y me sonrió nuevamente-.
 Taras eso, ambos seguimos comiendo en silencio, solo interrumpido por el sonido de la presentadora de las noticias que estaba dando paso al pronóstico del tiempo.
‘’Les advertimos de que esta tarde sufriremos un repentino cambio del tiempo. Durante toda la tarde de hoy habrá fuertes chubascos en la zona norte del país. A todos ustedes que tengan asuntos pendientes que hacer hoy, les sugerimos que los cancelen temporalmente. Buenas tardes’’
Dejé caer el tenedor en el palto y Nathaniel me miró sorprendido. Me quedé mirando a la pantalla de televisión sorprendida. Con el buen día que estaba pasando…Aunque sabía que las cosas no podían salirme tan bien, no esperaba que hoy lloviese.
-          Raven, ¿estás bien? – el chico me miró-.
-     Habrá tormenta...

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