Me
apresuré a subir al coche. L a gente que estaba observando la escena se
apartaba de mi camino conforme iba avanzando hacia el coche. Una vez en la
puerta Nathaniel me agarró de la mano y tiró de mi hacia el interior para
cerrar la puerta cuanto antes y evitar las curiosas y molestas miradas del público
totalmente atento a nuestros movimientos. El coche arrancó y yo, gracias al
tirón que el chico dio de mi, caí sobre su regazo, y allí seguía. Rápidamente
me incorporé y me aparté de él. El taciturno chico me miraba sonriente. Quizá
fuesen imaginaciones mías, pero se le veía algo ilusionado. Me quedé mirándolo
fijamente durante unos largos segundos hasta que el chico me hizo reaccionar.
-
¿Ocurre
algo? - su voz me sacó de mi trance.
Nathaniel
era un chico muy pálido, sin embargo, no parecía estar enfermo. Mechones de su
cabello negro le caían sobre los ojos, los cuales seguían siendo una incógnita
para mi. Nunca lograba acordarme de su color pero, más allá de eso, por alguna
razón siempre tenía unos ojos tristes y vidriosos. Ansiosos de contar una historia
jamás contada….Era difícil no perderse en ellos…
-
No..no
pasa nada…- el chico permanecía sentado en la otra punta del vehículo, mirando
por la ventanilla. Tenía un aire nostálgico-.
Estaba
nerviosa. El corazón me latía rápido y no sabía por qué. Quería saber más
acerca del chico con un aire misterioso y triste a la vez. No podía esperar a
llegar a la mansión. El trayecto restante ninguno dijo nada. No podía dejar de
mirarlo. ¿ Qué me pasaba?. De repente el chico se dio la vuelta. Me sorprendió
y giré mi cabeza hacia la ventanilla. El día fuera ya no era tan brillante como
antes. Percibí un par de nubes que flotaban en el cielo ‘’¿Lloverá?’’ me
pregunté a mi misma.
Finalmente
el coche se detuvo. El hombre que iba al volante se bajó para abrirle la puerta
a Nathaniel. El chico se bajó y fue al otro lado apara ayudarme a bajar. Puse
un pie en el suelo y seguidamente fui a poner el otro. Apoyé mal el otro pie y
tropecé. Choqué contra el pecho de Nathaniel que me atrapó cogiéndome
suavemente por los hombros. Olía bien… Nuevamente me aparté de él con rapidez.
-
¿Estas
bien?
-
Sí,
sí.. estoy bien.. disculpa.. Hoy no debe ser mi día.. También me caí por las
escaleras de mi casa…incluso me corté en el brazo….jajajaja…- solté una risilla
nerviosa que enseguida se desvaneció cuando percibí que el choco me tomaba de
la muñeca suavemente para examinármela-.
-
Deberías
tener más cuidado Raven…Podrías haberte hecho bastante daño al caer por las
escaleras.
-
No
te preocupas. No me hice daño. Solo tuve un pequeño corte y apenas salió sangre
–le sonreí-.
-
…
- el chico me soltó el brazo y se dio la vuelta. Me hizo un gesto para que le
siguiera y así lo hice-.
Entramos
en la casa. Era una casa enorme de madera oscura muy detallada. Era preciosa.
El salón no se parecía en absoluto al mío. Una chimenea presidía la sala,
mientras dos sillones enormes de terciopelo rojo lo presidían. Las ventanas,
también adornadas con cortinas de terciopelo rojo, eran altas y tenían un
pequeño poyete interno en el que te podías sentar. El resto de la casa era igual. Enfrente de la
entrada había una larga escalera que giraba hacia un pasillo superior. Era
exactamente como la imaginaba…No. Era mejor.
-Wuoohh…..-
no puede evitar soltar un una admiración mientras me quitaba la chaqueta al ver
el interior de la casa-.
-
Dámela, La colgaré aquí –cogió mi chaqueta y la colgó en la entrada. Su actitud
parecía diferente a la de un chico de nuestra edad-.
Me
acompañó hasta el salón y nos sentamos en uno de los poyetes que había en una
de las ventanas. Se podía ver la calle y
a la gente que caminaba fuera. El clima había cambiado totalmente. Parecía un
día diferente al de esta mañana pues el cielo estaba de nubes y se tornaba
amenazador.
-
Parece
que va a llover..-esbocé una mueca de preocupación. Detalle que no se le escapó
al chico que me miraba desde el otro extremo de la ventana-.
-
¿No
te gusta la lluvia?- me miró fijamente-.
-
No..es
decir Sí, pero no es eso…
En
ese instante apareció un hombre trajeado que dio unos golpecitos en la puerta
de madera.
-
Nathaniel,
voy a salir para atender unos negocios. Supongo que llegaré algo tarde, asi que
os he dejado la comida en la encimera de la cocina. Si ocurre algo llamadme –
en ese momento miró fijamente a Nathaniel, y ambos se mantuvieron la mirada
durante unos segundos- Un placer conocerla Sr.Raven.
-
Lo
mismo digo…-antes de que tan siquiera pudiera terminar la frase, el hombre ya
había desaparecido-.
Sonó
la puerta de la entrada, y tras un breve portazo, la casa se quedó en silencio.
Estábamos él y yo solos en una casa antigua…¿ Podría mejorar la situación?
Ambos nos quedamos en silencio unos minutos… Ahora Nathaniel parecía más serio
que antes. Permanecía mirando al exterior con un semblante de seriedad y
preocupación a la vez.
-
Oye…
Ese hombre..que acaba de irse ¿Quién era?
-
Es
mi tío Thomas – me miró unos segundos- Bueno, ¿tienes hambre? Vayamos a comer
antes de que se enfrié lo que preparó mi tío.
-
Genial,
tengo bastante hambre.
Seguí
al chico a través del largo vestíbulo hasta una cocina muy ornamentada que se
unía a una pequeña sala de estar que tenía una gran televisión incrustada en un
mueble que ocupaba toda la pared. También había una mesa y dos sofás. En la
parte de la cocina, dividida de la otra estancia por una encimera de madera,
había una puerta que daba a un patio trasero.
-
Siéntate
aquí. Iré a por nuestra comida. ¿Qué quieres de beber?
-
No
no, tranquilo, te ayudaré
-
Enserio
quédate aquí. Yo traeré los platos.
-
Esta
bien..solo agua …
-
Enseguida
traeré las cosas – me sonrió y fue hacia la cocina-.
Las paredes estaban pintadas de un verde
oscuro. En esa habitación también había ventanas, pero mucho más pequeñas que
las del salón de antes. La mesa, los sofás y el resto de la habitación se
reflejaban en la enorme tele que estaba hundida en el mueble, también de
madera. Podía verme a mí misma reflejada
en la negra superficie de la televisión, y también la cocina en la que
Nathaniel se encontraba. Algo extraño pasaba. Podía ver mi silueta pero… no la
de Nathaniel. Miré de un lado a otro, intercalando la visión del chico preparando
los platos con el reflejo del televisor. Por mas que me fijaba no podía verle.
Por fín el cargado chico llegó a la mesa con los dos platos y un vaso de agua.
Yo seguía mirando la televisión, y seguidamente lo miraba a él.
-
¿Te
pasa algo Raven?
-
Yo..em…- el desconcertado chico me miró y después fijó
su mirada mientras yo seguía intentando distinguir la silueta del chico que ahora,
estaba de pie a mi lado. Él me miró-.
-
Quizá
deberíamos encender la tele…- cogió el mando y puso un canal al azar, después
se sentó a mi lado-.
Me
quedé mirándole embobada un momento. ‘’Debió ser mi imaginación’’. En la
televisión salían las noticias. A ninguno nos interesaban pero por alguna razón,
ninguno cambió de canal. La comida era bastante apetitosa. Un filete de carne
con patatas y n huevo frito. Me hizo algo de gracia, pues el tío de Nathaniel
fue a lo seguro, ya que a todo el mundo, o a casi todos al menos, le gustan ese
tipo de cosas.
-
Espero
que te guste. Mi tío es un buen cocinero, pero esta vez no se rebanó mucho los
seso para hacer la comida. Solo espero que no seas vegetariana. – El chico me
sonrió y esperó a que cortara un trozo-.
-
Em
yo…
-
¿Qué
pasa.? ¿Es que no te gusta? Puedo hacerte ota cosa si quieres
-
Soy
vegetariana…….
La
cara del chico se tornó en una expresión de tristeza y asombro. Su rostro lo
expresaba todo
-
JAJAJAJAJAJAJAJA
– reía al ver la cara de Nathaniel- Te estaba tomando el pelo. Me gusta tanto
la carne como a un tigre, puedes estar tranquilo – el chico hizo una mueca de
alivio y siguió mirándome sonriente-.
Corté
un trozo del filete. Estaba jugoso y un poco crudo. Podía verse algo de sangre
saliendo de él a la vez que iba avanzando con el cuchillo. Lo pinché y me lo
acerqué a la boca. No tenía mal aspecto, pero la sangre me echaba un poco para
atrás. Finalmente me lo metí en la boca. El chico seguía mirándome, esperando
alguna expresión en mi cara. Me sorprendió mucho el sabor. Estaba delicioso, y
mi cara no tardó en delatarme. Nathaniel
me sonrió.
-
Me
alegro mucho de que te guste –tras esto siguió con su comida-.
Me
sonrojé durante unos segundos. La sonrisa del chico era realmente embaucadora…
Me dí cuenta de que él no tenía vaso.
-
¿Tú
no vas a beber nada? – el chico me miró seriamente-.
-
No
yo…No tengo sed – cambió el gesto de su cara y me sonrió nuevamente-.
Taras eso, ambos seguimos comiendo en
silencio, solo interrumpido por el sonido de la presentadora de las noticias
que estaba dando paso al pronóstico del tiempo.
‘’Les advertimos de que esta tarde sufriremos
un repentino cambio del tiempo. Durante toda la tarde de hoy habrá fuertes
chubascos en la zona norte del país. A todos ustedes que tengan asuntos
pendientes que hacer hoy, les sugerimos que los cancelen temporalmente. Buenas
tardes’’
Dejé caer el tenedor en el
palto y Nathaniel me miró sorprendido. Me quedé mirando a la pantalla de
televisión sorprendida. Con el buen día que estaba pasando…Aunque sabía que las
cosas no podían salirme tan bien, no esperaba que hoy lloviese.
-
Raven, ¿estás bien? – el chico
me miró-.
- Habrá
tormenta...
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