Esperé viendo la película a que mis padres llegaran. La
había visto mil veces, pero seguía hipnotizándome. Una a una me llevé las
patatas a la boca, hasta acabar con todas ellas. Fuera estaba oscuro. Solo las
farolas iluminaban tenuemente la calle. Me sentí extraña, inquieta. M e sentía
como observada. Miré a mis espaldas sin quitarme los cascos, pero no había
nadie. Miré luego al suelo y vía Jack acurrucado, moviendo perezosamente el
rabo de lado a lado. La sensación no desaparecía. Me sentía tremendamente
incomoda y no sabía por qué. Me levanté y fui al baño a lavarme la cara y
regresé a mi escritorio. Antes de volver a sentarme abrí un poco la persiana
para observar un poco al exterior. El suelo encharcado reflejaba la pálida luz
de las farolas, y la silueta de las últimas nubes de la tormenta de hace unas
horas. Cuando iba a retirarme, algo llamó mi atención. Alguien estaba parado en
medio de la carretera, mirando hacia mi ventana. Unas luces que se acercaban rápidamente
hicieron crecer la sombra de la extraña persona. El coche continuaba acercándose
pero el extraño personaje, que permanecía mirando hacia mi posición, no se
apartaba, no movía ni un músculo. Cuando el coche estuvo a punto de arroyarlo,
me tapé los ojos y permanecí inmóvil en mi ventana.
Esperé unos segundos y al no oír nada me quité las manos
de la cara y miré nerviosa. El coche había pasado, pero no había nadie esta
vez. Me aparté apresuradamente de la ventana y bajé corriendo las escaleras. Salí
a la calle, pero no había nadie, ¿había sido mi imaginación? Vi que, de nuevo,
un coche se acercaba por el otro lado de la calle. Eran mis padres. Aparcaron
delante de la cochera y se bajaron del vehículo.
-
¿Pero
qué haces aquí fuera ,Raven?- mi madre me miró con cara dubitativa-.
La
miré un momento, y luego a la carretera. Estando mas calmada contesté.
-
Yo…Nada.
Me pareció ver algo, pero bah…lo habré imaginado.- Estaba en manga corta, y en
la calle ya empezaba a hacer frío. Un escalofrío me recorrió toda la espalda.-
Vaya…empieza a hacer un poco de frío… Debería ponerme algo. Os espero dentro.-
La miré un momento, y luego al coche. Mi hermano venía con ellos-.
Entré
en casa y vi a Jack esperándome en la puerta. Subía mi cuarto y recogí los
restos de las patatas de hace un rato y apagué el ordenador. Media hora
después, mis padres estaban cenando, y mi hermano en su habitación jugando a la
consola. Pasé al baño y me metí en la ducha. Un rato después, aún con el pelo
mojado, salí del baño, dejando escapar el vapor de dentro de él al abrir la
puerta. Al recorrer el pasillo hacia mi habitación, noté que a medida que me
acerba a mi cuarto, comenzaba a hacer más frío. Abrí la puerta y una brisa fría
me golpeó la cara. La ventana estaba abierta. Al intentar cerrarla, el marco
metálico hizo un agudo chirrido, tras el cual, un pequeño murciélago salió volando
del árbol de la casa del vecino. Me quedé mirando al animal hasta que, dando
tumbos, se alejó volando, desapareciendo en el cielo nocturno. Tras ello me
metí en la cama.
Durante
todo el día no había hecho otra cosa más que dormir, así que me costó conciliar
el sueño. Cerca de las 4 de la mañana, creo que por fin me quedé dormida. Pero,
pese a las altas horas a las que caí rendida, no descansé ni un solo minuto a gusto.
Cerca de una hora y media más tarde , me desperté sobresaltada y envuelta en un
charco de sudor. Había tenido un sueño muy extraño. Soñé que alguien me observaba. Unos ojos brillantes
me miraban desde la ventana que , más tarde, se abría para dejar pasar a una
forma que se acercaba a mi cama para segundos más tarde desaparecer en las
sombras…
En
las dos horas restantes no pude pegar ojo, y por la mañana mis ojeras se
acentuaron más que nunca. Me levanté de la cama sin gana ninguna y me preparé
para otro día de clase. ME lavé la cara y me vestí como puede. Estaba cansada…muy
cansada. Me tomé deprisa y corriendo el desayuno y salí de casa para
encaminarme al instituto.
La
calle aún estaba mojada de la tormenta de ayer. Unas calles antes de llegar a
la puerta de Saint Century Highschool, un moderno coche blanco me pitó desde
detrás y se puso a mi lado aminorando la marcha. Era el coche de Rían. La
ventanilla del copiloto se abrió.
-
Buenos
días, ‘’Moricia’’, ¿cómo está nuestra pequeña gótica particular?- la sonrisa
del rubio se tornó pícara-.
-
Ah…-solté
un suspiro cansado y molesto- Piérdete Rían…
El
semblante del chico se endureció.
-
¿Así
es como tratas a la gente que intenta ser amable contigo?; Vete al infierno…-La
ventanilla del coche se subió, y el vehículo aceleró la marcha y desapareció
calle arriba.
Los capítulos con un toque de suspense y terror psicológico como este me encantan,el balance entre "aparente normalidad" y "suspense" le aportan al blog una frescura enorme
ResponderEliminarUn muy buen capítulo, sigue así:D